La cara de Marte o el nacimiento de un mito contemporáneo.
El asunto de la esfinge marciana es interesante porque pocas veces tenemos la oportunidad de contemplar el nacimiento de un mito ante nuestros propios ojos. Resumo la historia para quien no la conozca, que supongo serán muy pocos.
En 1976 una nave Viking tomó una serie de fotografías de la superficie de Marte, en concreto en la región de Cydonia. En una de esas fotos apareció algo con aspecto de rostro humano, una cara de un par de kilómetros de longitud, que miraba al cielo y que lucía un tocado aparentemente egipcio. Los periódicos de todo el mundo publicaron la foto y enseguida empezaron las conjeturas sobre el carácter artificial de la supuesta esfinge y por tanto, su posible origen extraterrestre.



En 1998, la sonda Observer fue enviada ex profeso a Cydonia para resolver el enigma de la esfinge y tomó, con cámara de alta resolución, diversas imágenes de lo que ahora, con otro ángulo de incidencia de la luz, se revelaba como una meseta de origen natural, cuyo relieve, bajo determinadas condiciones, podía asemejarse a un rostro, de la misma manera que las sombras sobre la superficie de la luna o las nubes en el cielo componen a veces formas caprichosas que parecen figuras de personas o animales.

Es en ese instante cuando la historia deja paso al mito. Como dice Mircea Elíade en El mito del eterno retorno:
«La historicidad no se resiste mucho tiempo a la acción corrosiva de la mitificación. El acontecimiento histórico en sí mismo, sea cual fuere su importancia, no se conserva en la memoria popular y su recuerdo sólo enciende la imaginación poética en la medida en que ese acontecimiento histórico se acerque más al modelo mítico.»
Así, se puso en marcha la imaginación para hacer perdurar el mito. Muchos se negaron a aceptar la explicación «oficial» sobre la cara de Marte y comenzaron a elaborar teorías conspiratorias: montaje fotográfico, fraude de la NASA para ocultar la verdad, e incluso se dijo que entre la primera y la segunda foto, la esfinge había sido destruida, por los extraterrestres o por los propios norteamericanos, según las versiones. Justificaciones diversas, a veces contradictorias, cuya única finalidad es sostener el mito.
La esfinge marciana forma parte ya de nuestra mitología y, como todos los mitos, ha encontrado su lugar en el arte (en el cine, que yo sepa; y me suena que también en algún cómic) y en la religión (entendida ésta en un sentido amplio que incluye creencias esotéricas de todo tipo). Ha sido llevada al cine en Misión a Marte, una entretenida película de ciencia-ficción, destrozada en su día por la crítica, únicamente por el hecho de estar dirigida por Brian de Palma, del cual, al parecer, solo deben esperarse obras maestras y no productos para el mero entretenimiento, como es la película mencionada. Además no le perdonaron la inspiración -descarada, eso sí- en 2001, una odisea del espacio, de la que Misión a Marte es una especie de remake digerible para la chusma. Los astronautas que en la película llegan al planeta rojo en una misión de rescate, se encuentran allí con la famosa esfinge marciana, que es en realidad una especie de fortaleza o bunker edificado allí por una raza alienígena, responsable de haber creado la vida en la Tierra.

La historia se olvida y el mito perdura. Estoy seguro de que el día que el hombre colonice Marte, construirá materialmente esa esfinge que hoy ya vive en su imaginación.
Fotos de la NASA, pinchando aquí y aquí
Actualización (24-9-06):
Las mejores y más recientes fotos de la Agencia Europea del Espacio.

