Exposición de los guerreros de terracota.
El jueves se inauguró en Madrid la exposición Guerreros de Xian y esta mañana (escribo esto la madrugada del viernes al sábado) a eso de la una del mediodía me he presentado en el Centro de Arte 4º Depósito de la Fundación Canal de Isabel II, en la Plaza de Castilla. He pagado pagado los 3 euros de la entrada y he esperado un cuarto de hora en una cola de unas 150 personas, ya que el interior de la sala estaba lleno y los organizadores no querían dejar pasar a más. Sospecho que en los próximos días, sobre todo los festivos, el tiempo de espera se hará muy largo.
La entrada es lenta porque obligan a los visitantes a pasar por un detector de metales. No sé si es la paranoia del 11-M, si Ben Laden ha amenazado a los soldados del emperador chino o si se trata de seguir la moda de la seguridad total. Precauciones ridículas en todo caso, ya que al llegar al arco detector he sacado del bolsillo el móvil y la navaja (la llevo porque vivo en Malasaña), he dejado ambos en un lateral sin que ninguno de los tres guardas se percatara de la presencia del arma punzante y he pasado junto a los ciudadanos respetables.

Omito comentar las piezas expuestas en las vitrinas, sin duda muy interesantes, pero las estrellas de la exposición son los soldados de terracota. En el centro de la sala sobre una tarima están los diez guerreros (en realidad uno es un funcionario) de casi dos metros de estatura, encontrados junto a otros mil quinientos en el mausoleo del primer emperador de China Shi Huang Di (este nombre podrán verlo transcrito de veinte formas distintas).
Parece que quedan más de siete mil figuras similares enterradas en la zona y se supone que las esculturas representan a personas reales, soldados, funcionarios, sirvientes del emperador. Todos los guerreros hallados son distintos, con diferente rostro e indumentaria. Los diez que se exponen representan a dos generales, dos oficiales, tres guerreros, un soldado de caballería, un auriga y un funcionario.

Los guerreros resultan simpáticos porque su ferocidad es casi infantil, son guerreros que parecen sacados de un comic (dicho sea en tono elogioso). Me cae bien ese loco que debió ser el emperador Shi Huang Di, que tuvo la descabellada idea de esculpir a todo su ejército. No conozco ningún otro sátrapa de la Antigüedad que tuviera una deferencia semejante con sus súbditos.
La exposición se completa con otras figuras de distintos tamaños, entre las que hay dos réplicas: un caballo y un carro. Muy mejorable la iluminación y la organización en general. A la salida lamento haber tenido que esperar media hora en una tienda bastante desorganizada para finalmente no poder comprar el catálogo por estar agotado. Volveré a por él.

Actualización:
Se prorroga hasta el 31 de enero la exposición, que ha venido registrando 6.000 visitantes diarios. Se celebra en el Centro de Arte Cuarto Depósito, de la Fundación Canal de Isabel II, situado en la Plaza de Castilla de Madrid. El horario es de 10 de la mañana a 10 de la noche.
Además hay que dar cuenta de la publicación de un documental, a la venta en quioscos, en dos entregas compuestas por un DVD cada una que, con el título Los soldados de terracota, la 8ª maravilla del mundo (originalmente Quin, el emperador de la eternidad), edita Media Facilities & Promotions. En él se cuenta cómo fueron descubiertas las estatuas, se nos muestra el trabajo de los arqueólogos en las excavaciones y se narra la historia del primer emperador de China, Quin, artífice de esta obra considerada como el descubrimiento arqueológico más importante del siglo XX. Se trata de una producción de Novi Productions Film, France 5 y Bayerischer Rundfunk, dirigida por Youki Vattier y Pierre Fauque.