Barrios enteros de la ciudad se encuentran abandonados.
La ciudad de Detroit (Michigan) alcanzó su celebridad al convertirse, en las primeras décadas del siglo XX, en un importante centro de fabricación de automóviles.
Pero la crisis de los 70 la golpeó con especial dureza. Algunos habitantes de nivel económico medio y alto y de raza blanca emigraron y fueron sustituidos por ciudadanos de clases más bajas, sobre todo de raza negra. Se produjeron disturbios en los que se mezclaron motivaciones económicas y raciales (12th Street riot, 1967), disturbios que a su vez provocaron la huida de la población blanca y pudiente (fenómeno llamado white flight), hasta el punto de que muchas áreas de la ciudad quedaron abandonadas, especialmente en la zona sudeste.
Esta situación se prolongó durante años, convirtiéndose algunos barrios de Detroit (v. google maps) en verdaderas ciudades fantasma. Los edificios se arruinaron, la vegetación invadió las áreas desiertas e incluso se repoblaron de animales silvestres. Se acuñó la expresión de urban prairie, o pradera urbana, para denominar este tipo de situaciones.



