Novela de amor fatal en la República de Roma.
Roma, a mediados del siglo I aC. Claudia solicita a Hortensia, vieja amiga de su familia, que le ayude a reconstruir la historia de su abuela Clodia y las tormentosas relaciones que tuvo con el poeta Cayo Valerio Catulo.
A partir de esta premisa, Isabel Barceló construye una narración muy fluida en la que se alternan escenas narradas por Hortensia y epístolas que intercambian los distintos personajes (la mayoría de ellos, personajes históricos). Catulo se expresa también mediante sus poemas, en versión de la autora de la novela.
Clodia es una joven y bella viuda que ha mantenido una breve relación con Catulo, pero una sola noche de amor ha sido suficiente para que el poeta haya quedado fascinado por la mujer, hasta el punto de que el posterior rechazo de ella le provoca un deseo de venganza que finalmente lo encaminará hacia su propia destrucción.
El Catulo que se nos presenta en esta obra (que, lógicamente, no tiene por qué parecerse al real) padece una obsesión neurótica, un afán enfermizo de posesión del ser amado, que deviene una mezcla de amor y odio.
Los poemas de Catulo dirigidos a Clodia (a la que llama Lesbia) reflejan ese amor-odio. Las iniciales alabanzas, Tú, más valiosa que el oro, se transforman en insultos, en una campaña de desprestigio hacia la mujer, a la que maltrata en sus versos comparándola con una prostituta y convirtiéndola en la “comidilla de todos los banquetes”. Es ésta una dimensión muy interesante de la novela: el poder de la pluma para ensuciar la imagen pública de alguien, hoy hablaríamos de su “marca personal”.
Por su parte, Clodia, mujer independiente y adelantada a su época, intenta ser libre para elegir a quien amar: A Catulo … le fue imposible asumir la verdad: que a despecho de sus deseos, sus poemas y sus falsos permisos, puedo amar a quien quiera. Por lo que respecta a la situación de la mujer en general, no es difícil establecer paralelismos entre aquella sociedad y la nuestra.
Igual que la primera novela de Isabel Barceló, Dido, reina de Cartago, La muchacha de Catulo está narrada desde un punto de vista femenino. En el enfrentamiento entre los dos principales protagonistas, Catulo se muestra como un ser inmaduro, antojadizo y débil, frente a la fortaleza de Clodia, de la cual sabemos, gracias a los conocimientos que de ella tiene la narradora Hortensia, que en el fondo también se encuentra sumida en dudas y vacilaciones.
Como telón de fondo de la narración, las intrigas típicas de la alta sociedad de la época, donde no distinguir perfectamente entre amigos y enemigos podía costarle a uno muy caro. De hecho, pocos años después en Roma estallaría la guerra civil.
Una novela corta, que se lee de un tirón, escrita con ese estilo sencillo pero muy bien cuidado que caracteriza a Isabel Barceló.
