Según una leyenda musulmana, se encuentran en Ceilán y Arabia.
Cuenta una leyenda musulmana que cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso erraron por el mundo, tuvieron hijos y después se separaron. Adán fundó La Meca, donde Allah le ordenó construir el recinto de la Kaaba, la piedra negra sagrada, a la que acuden los creyentes en peregrinación. Eva se estableció a unos setenta kilómetros, en la zona donde ahora se alza la ciudad de Jeddah.
Después Adán recorrió otros lugares y terminó sus días en la isla de Ceilán, hoy Sri Lanka. Se dice que se encuentra enterrado en una de las laderas del llamado Monte de Adán. Marco Polo e Ibn Battuta lo mencionan.

Eva murió en Jeddah y, durante muchos siglos, uno de sus cementerios más antiguos, en el corazón del barrio de Al Balad, contuvo un sepulcro con la inscripción “Nuestra Madre Eva”. Las dimensiones de la tumba eran excepcionales: 120 m de longitud, 3 m de ancho y 6 m de altura. Esto es coherente con el mito de que la primera pareja de seres humanos tenía una estatura de cerca de 100 m. En cada uno de los extremos y en el centro había pequeñas capillas y los fieles escribían sus nombres en sus blancas paredes.
Viajeros árabes -como Ibn Battuta- que pasaron por allí hace cientos de años e incluso algunos de los compañeros del Profeta Mahoma han hecho referencia a esta tumba de Eva. No está claro en qué situación se encuentra ahora, ya que en 1975 las autoridades clausuraron el lugar, por no considerar correcto que los peregrinos de La Meca se parasen a rezar. Al parecer, hoy día se encuentra perdida entre otras tumbas del cementerio y arruinada debido a la deliberada falta de mantenimiento.

Otra leyenda dice que Eva no murió en Arabia, sino que viajó con Adán hasta Sri Lanka y su cuerpo se encuentra enterrado en el mismo monte que su compañero, aunque en la ladera opuesta.
El Monte de Adán es sagrado para varias religiones. En su cima hay una marca en la roca que se venera por creerse una huella de Buda, aunque otros opinan que es del propio Adán. Tiene la peculiaridad de que en el mes de abril, a determinada hora del día, la sombra perfectamente triangular del monte parece estar proyectada por una pirámide.

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