Édith Piaf

La gran cantante de vida maldita.

Es cierto que la vida de Édith Piaf (1915–1963) estuvo marcada por la tragedia, pero también que sus biógrafos se han nutrido a veces de leyendas difícilmente verificables. Aquí, como de lo que se trata es de hacer literatura más que historia, aprovecharemos esas leyendas a la hora de hablar de esta gran cantante.

Édith Giovanna Gassion vino al mundo en un barrio de inmigrantes de París y se dice que vio la luz en plena calle, bajo una farola de gas:

“Su padre, Louis Alphonse Gassion (nacido en Castillon en la región de Calvados en Normandía el 10 de mayo de 1881), era acróbata, y para celebrar su natalicio se emborrachó y dejó a su madre, quien era cantante ambulante, Annetta Maillard (1895-1945), de origen italo-argelino. Sin apoyo, ella tuvo que afrontar el parto sola. Por ello, salió a las calles por sus propios medios, pero no alcanzó a llegar al hospital y Édith nació en plena calle debajo de una farola frente al número 72 de la rue de Belleville en París.” (Wikipedia)

No obstante, en su partida de nacimiento consta que nació en el Hospital Tenon. Como sus padres iban de feria en feria, fue criada por su abuela materna, la argelina Aicha, que -según la leyenda- en lugar de leche le daba vino. Después pasó al cuidado de su padre, pero éste fue llamado a filas para combatir en la Primera Guerra Mundial y dejó a la niña en manos de su abuela paterna, que regentaba un burdel en Normandía. Allí quedó al cuidado de las prostitutas. Se cuenta que entre los tres y los siete años, Édith estuvo ciega a causa de una queratitis, pero recuperó la vista después de que las chicas reunieran dinero y la enviaran en peregrinación a Santa Teresa de Lisieux, dando lugar a una curación milagrosa.

Entre los catorce y los diecisiete años comenzó a acompañar a su padre en sus giras callejeras por París, cantó por vez primera en público, abandonó a su padre, se fue a vivir con una amiga, se enmoró de un joven repartidor llamado Louis Dupont, se quedó embarazada y tuvo a la que sería su única hija, que moriría de meningitis a los dos años de edad.

Se separó de Dupont y se lió con un proxeneta llamado Albert, con el que llegó a un acuerdo: él no la obligaría a prostituirse a cambio de que ella le entregara una parte de sus ganancias como cantante callejera. Cuando su amiga Nadia se suicidó para escapar al mundo de la prostitución, Édith, impresionada por el suceso, abandonó a Albert. La reacción de éste fue perseguirla pistola en mano tratando de pegarle un tiro.

En 1935, con veinte años, sigue cantando en la calle cuando es descubierta por Louis Leplée, dueño del Gerny, un cabaret de moda en los Campos Elíseos. Este hombre es el verdadero creador de la artista Édith Piaf: la hace vestirse de negro y la presenta como La Môme Piaf, la niña gorrión, apodo que tiene su origen en la pequeña estatura (1,42 m) y el carácter nervioso de ella.

Su voz privilegiada la permite alcanzar enseguida el éxito y grabar su primer disco Les mômes de la cloche (Los niños de la campana).

Foto de portada del álbum Chansons (2009)

Al parecer, Louis Leplée no era trigo limpio y tenía relación con los bajos fondos de París. En abril de 1936 es asesinado por mafiosos. Se descubre que los asesinos tuvieron en el pasado alguna relación con Édith y ésta es acusada de cómplice. A pesar de ser finalmente absuelta, la imagen pública de la artista se ha deteriorado y su prometedora carrera se ha venido abajo.

Édith conoció a Raymond Asso, un hombre que escribía letras de canciones, aunque antes había trabajado de obrero, chofer, mercenario, pastor de ovejas y regente de un club nocturno. Además de su amante, Asso se convirtió en sucesor de Leplée como su “pigmalión”. La enseñó a escribir canciones, la prohibió tratarse con conocidos indeseables de su vida anterior y encargó a la compositora Marguerite Monnot, amiga de Édith, que escribiera letras que reflejaran las vivencias de la Piaf cuando era una cantante callejera.

Durante la Segunda Guerra Mundial, frecuentó reuniones sociales con alemanes en la Francia ocupada, lo que le valió ser calificada de traidora. Al acabar la guerra, ella se justificó diciendo que había estado trabajando para la resistencia francesa, aunque no hay pruebas de ello. Al parecer, ayudó a algunas personas, entre ellas algún judío a escapar de la persecución nazi. También se sabe que en esa época tuvo relaciones con un pianista judío.

Las décadas de los 40 y 50 son las del éxito internacional: fue reconocida y admirada por Maurice Chevalier, Jean Cocteau, Yves Montand, Atahualpa Yupanqui y Charles Aznavour, entre otros. En 1946 estrenó La vie en rose, su tema más célebre, con música compuesta por Louis Guglielmi “Louiguy”, catalán de origen italiano, y letra de la propia Édith Piaf.

Pero su éxito artístico fue acompañado de nuevas desgracias personales:

Su gran amor, el boxeador Marcel Cerdan, campeón mundial del peso medio, era un hombre casado. Su romance ocupó primeras páginas en la prensa de la época. Pero Cerdan murió en un accidente de avión en octubre de 1949, mientras volaba de París a Nueva York para reunirse con ella.

En 1951, Piaf resultó gravemente herida en un accidente de automóvil, cuando iba con otro de sus amantes, el cantante Charles Aznavour. Su recuperación se vio dificultada porque se había vuelto adicta a la morfina. Dos nuevos accidentes empeoraron la situación.

En 1952 se casó con el cantante Jacques Pills, teniendo como dama de honor a la mismísima Marlene Dietrich. En 1956 se divorció. En 1962 se casó con Théo Sarapo, un peluquero griego convertido en cantante y actor, que era 20 años menor que ella.

Foto: Wikipedia.

Édith Piaf murió de cáncer de hígado a los 47 años en Plascassier, en la Riviera francesa, el 11 de octubre 1963.

A causa de su vida disoluta (me encanta esta palabra), el arzobispo católico de París se negó a oficiar un funeral por ella. Sin embargo, su cortejo fúnebre congregó a decenas de miles de personas en las calles de París y a su entierro asistieron más de 100.000 de sus seguidores. Según Charles Aznavour el cortejo fúnebre de Édith Piaf fue el único acontecimiento desde el final de la Segunda Guerra Mundial que paralizó por completo el tráfico de París.

En la película de 2007 La vida en rosa, la actriz Marion Cotillard interpretó a Édith Piaf.

Édith Piaf es un capítulo del libro Mujeres singulares.