Libro autobiográfico ambientado en el underground neoyorquino.
El 9 de marzo de 1989 Patti Smith recibía una llamada telefónica comunicándole la muerte del fotógrafo Robert Mapplethorpe, que había sido su gran amigo, su amante y sobre todo, su compañero en el mundo artístico. Entonces la cantante recuerda que un día prometió a Robert que escribiría sobre su relación, cómo se conocieron y los años que pasaron juntos en Nueva York.
Éramos unos niños (Ed. Debolsillo, 2012) es la historia de una joven que abandona a su familia porque quiere ser poeta y artista y termina convirtiéndose, de forma casi inesperada, en una rock’n’roll star.
Pero también es la historia de un hombre que se debate entre su deseo de ser artista -bajo la influencia de Andy Warhol-, el descubrimiento de su homosexualidad y el amor hacia Patti, su alma gemela.
Un recorrido por los ambientes del underground neoyorquino en el cambio de década de los 60 a los 70: por los pasillos y habitaciones del hotel Chelsea, el restaurante Don Quixote, el Max y otros lugares míticos de Manhattan deambulan músicos en diferentes niveles de embriaguez y drogadicción, y escritores que siguen la estela de Jean Genet y Allen Ginsberg, todos ellos imbuidos del espíritu de Rimbaud, Verlaine y otros poetas malditos. Alcohol, drogas, sexo y rock and roll, bajo la sombra de músicos recién muertos como Brian Jones y la inspiración de otros que lo estarán en un futuro inmediato como Janis Joplin y Jimi Hendrix.
Éramos unos niños no es en modo alguno las típicas memorias de una rockera ya que Patti Smith es una excelente escritora y el libro es más que nada una novela autobiográfica que recibió el premio National Book Award en 2010.