La modernidad y el laicismo llegan al arte tibetano.
Un tangka es un tapiz o bandera budista, pintado o bordado, que se cuelga en monasterios o altares familiares y es llevado por monjes en procesiones religiosas.
Hace mucho tiempo hablamos aquí del gran tangka de Drepung. También vimos alguno al hablar del arte de la religión Bon. Pueden ver varios ejemplos de bellos tangkas en Thangka, «templo ambulante» de los tibetanos. En esa misma página dice:
«Las thangkas sirven para mostrar las teorías budistas y es una forma de profesar el budismo, representar historias de la vida de los santos, las actividades religiosas, conservar la iconografía de las figuras importantes, dar a conocer los sucesos históricos y la cultura tradicional.»
Pero la modernidad también ha llegado a esta forma de expresión artística típica del Tíbet. El artista Qijia comenzó en marzo de 2007 un curioso tangka dedicado al ferrocarril del Tíbet y a los parajes que recorre la línea férrea más elevada del mundo. Su muerte, acaecida a finales del pasado año, dejó la obra momentáneamente inacabada. Su hijo, Losang Dampa, retomó el trabajo y lo ha terminado este mismo mes.
El “tangka del camino del cielo”, como se le conoce, tiene 200 metros de largo y 1,2 m de ancho y se expone en la ciudad de Xining.
Vía: spanish.china.org.cn