Resulta que ayer se cumplieron 50 años de la publicación de la mejor novela del siglo XX (bueno, vale, lo dejamos en una de las mejores) y yo ni me había enterado.
A toro pasado, solo me resta copiar como castigo este fragmento de una entrevista con Vladimir Nabokov publicada en 1967 en The Paris Review, y recopilada en un volumen titulado «Conversaciones con los escritores» (Ed. Kairós, 1980).
Entrevistador: Su sentido de la inmoralidad de la relación entre Humbert Humbert y Lolita es muy marcado. Sin embargo, en Hollywood y en Nueva York son frecuentes las relaciones entre hombres de cuarenta años y muchachas muy poco mayores que Lolita. Se casan… sin especial ultraje público; más bien, con arrullo público.
Nabokov: No, lo claro no es mi sentido de la inmoralidad de la relación Humbert Humbert-Lolita; es el sentido de Humbert. A él le importa; a mí no. A mí me importa un bledo la moral social, en Norteamérica o en cualquier otra parte. Y, sea como fuere, los casos de hombres de cuarenta y pico años que se casan con muchachas de menos de veinte o apenas pasados los veinte no conciernen en absoluto a Lolita. A Humbert le gustan las «muchachitas», no simplemente las «jovencitas». Las nínfulas son niñas, no estrellitas ni «gatitas sensuales». Lolita tenía doce años, no dieciocho, cuando Humbert la conoció. Quizá recuerde que hacia la época en que tiene catorce, Humbert se refiere a ella como a su «querida que envejece».
