Ellos saben si soy o no soy

Primer libro de relatos de Elpidia García Delgado.

Se denominan maquiladoras o maquilas a las empresas estadounidenses afincadas en territorio de México que emplean la mano de obra de este país, más barata que la de Estados Unidos. Ciudad Juárez, localidad del estado de Chihuahua fronteriza con Texas, es una de las que cuenta con mayor número de maquilas.

Regidas por una normativa específica, las maquiladoras tienen fama de pagar salarios mínimos y no se caracterizan por su respeto a los derechos laborales. Incluso ha habido alguna de estas empresas que ha desaparecido de la noche a la mañana dejando a los trabajadores tirados y adeudándoles sus salarios. La población cuya existencia depende de las maquilas tiene escasas posibilidades de mejorar su nivel de vida y una de sus mejores opciones es cruzar al “otro lado”, es decir, a Estados Unidos.

En este contexto se insertan los veintidós relatos que componen Ellos saben si soy o no soy, el primer y brillante libro de Elpidia García Delgado, antigua trabajadora de una maquila y que, por tanto, conoce bien el tema del que habla.

Los relatos se desarrollan en un amplio abanico de registros literarios, predominando los que pueden encuadrarse dentro del realismo social y el realismo mágico, pero también alguno de carácter futurista, como el titulado Wyxwayubas.

Ellos saben si soy o si no soy,
ellos abren la puerta y dicen: “Pase”,
miran y relativamente son felices,
endosan el destino como un cheque
y eructan, aquiescentes, sin provocar a nadie.
“Ellos” (Poemas de la oficina), Mario Benedetti

En conjunto se trata de una excelente obra, rica en metáforas que admiten diversos niveles de lectura. Ya el título, un verso de Benedetti levemente modificado, nos invita a reflexionar: ¿quiénes son “ellos”? ¿qué saben sobre mí? ¿Son “ellos” los que mantienen a la gente en la pobreza? ¿Son las chinches que se alimentan de nuestra sangre? ¿Son los que instalan barreras para que no podamos apoderarnos de las mandarinas? “Ellos” nos impiden sentarnos en sus sillas, nos hacen luchar entre nosotros para su diversión y no dejan otro camino a la felicidad que el de la droga. “Ellos” no se limitan a contar las estrellas, como aquel personaje de El Principito, sino que se apoderan de ellas y las guardan en cajitas para administrarlas a su antojo. “Ellos” saben, es decir, tienen poder. Poder sobre nosotros.

En el relato de inquietante atmósfera El conciliábulo de los halcones, uno de los mejores del libro, se nos advierte del peligro de transformarnos en algo que no somos, en algo amenazador… tal vez de transformarnos en “ellos”.

Las narraciones que contiene Ellos saben si soy o no soy son duras, en ocasiones violentas, pero la autora tiene la habilidad de presentarlas de una forma amable. No creo que lo haga para ser complaciente con el lector, sino más bien por empatía con sus personajes, cuya humanidad -o falta de ella en algún caso- está siempre presente, incluso cuando la historia que nos narra es la de sus zapatos.

Algunos relatos son más costumbristas, otros más intimistas, y en ocasiones la autora nos sorprende añadiendo unas gotas de surrealismo. En algunos percibo también una dosis de ese humor negro tan mexicano. Todos escritos con un estilo sencillo e impecable.

Elpidia García Delgado nos muestra con sus relatos que alrededor de las maquilas hay más cosas de las que pueden verse, incluso almas en pena que se resisten a abandonar el mundo.

Ellos saben si soy o no soy