La República de San Marino

Arte, historia y cultura de un estado diminuto.

San Marino es uno de los estados más pequeños de Europa y la república constitucional más antigua del mundo (no es, por tanto, un “principado”, como se dice a veces erróneamente, al confundirlo con Andorra o Mónaco).

Según la leyenda recogida en un anónimo del siglo XII titulado Vita Sancti Marini, alrededor del año 300, en tiempos del emperador Diocleciano, un cristiano de nombre Marino huyó de Dalmacia y, atravesando el Adriático, se refugió en el territorio de Rimini. Marino era de oficio picapedrero y se estableció en el monte Titano, rico en piedras para la construcción. Aquí conoció a una matrona romana llamada Felicísima, señora del lugar, a la que convirtió al cristianismo. Marino curó milagrosamente a su hijo enfermo y, en agradecimiento, la matrona le donó todo el territorio del monte Titano.

Monte Titano, desde el norte. Foto: ©Unesco.

Sobre aquel monte, Marino reunió a un grupo de seguidores y vivió con ellos. A su muerte dejó a sus compañeros aquella tierra para qué viviesen libres. Así nació el entonces llamado estado independiente del monte Titano. El primer documento escrito que nos informa de la existencia de una comunidad en este lugar se remonta al año 885.

Los habitantes fundaron un ayuntamiento libre, forma de gobierno medieval que permanece aún hoy sin modificaciones sustanciales. Hasta 1463, el territorio de la república consistía únicamente en el monte Titano. Con el tiempo, se extendió hasta abarcar también algunas poblaciones que se levantaban en las laderas del monte y más adelante se incorporaron las ciudades de Fiorentino, Montegiardino, Faetano y Serravalle.

La Serenísima República de San Marino es, junto con el Vaticano, el único país europeo completamente rodeado por otro. Ha sido ocupada militarmente tres veces en toda su historia: por Cesar Borgia (1503), el cardenal Alberoni (1739) y Hitler (1944).

Torre Guaita. Foto: Alaexis, Wikipedia.
Vista desde la Guaita. Foto: Radomil, Wikipedia.

Los edificios más conocidos de San Marino son las Tres Torres, que aparecen en su escudo nacional. La primera torre, llamada Rocca o Guaita, se alza sobre el acantilado del monte Titano y está rodeada por la más antigua de las tres murallas perimetrales que se conservan.

La segunda torre, llamada Cesta o Fratta se encuentra en el punto más alto de la montaña. La torre, del siglo XV, es de forma pentagonal. Desde 1956 es la sede del Museo de Armas Antiguas. La torre Montale es la más pequeña de las tres. Se utilizaba como prisión. A su alrededor hay grandes piedras muy antiguas, que debían formar parte de una muralla.

Basílica. Foto: Giancy, Wikipedia.
Iglesia de San Francisco. Foto: Adam91, Wikipedia.
Palacio Público. Foto: Andreas Trepte, Wikipedia

La Basilica del Santo fue proyectada en estilo neoclásico y construida por el arquitecto de Bolonia Antonio Serra entre 1826 y 1855. Para ello se demolió una iglesia prerrománica del siglo VI, una pérdida irreparable. En ella se conservan las reliquias de San Marino.

Al lado se encuentra la iglesia de San Pedro, del siglo XVI, modificada en 1826, a la que se accede por una escalera en la torre del campanario de la basílica. Esta pequeña iglesia se encuentra en el interior de la roca y tiene excavados dos nichos donde según la leyenda dormían San Marino y su compañero San Leo y a los que se atribuyen propiedades milagrosas.

San Francisco es la iglesia más antigua y data de 1361, aunque con numerosas reformas posteriores. Alberga un museo y una pinacoteca.

El Palazzo Pubblico se inauguró en 1894 e imita el gótico medieval italiano. Es el Parlamento de la nación.

Desde 2008, el monte Titano y el centro histórico de San Marino están en la lista del Patrimonio Mundial de Unesco.

Teleférico. Foto: Vladimir Menkov, Wikipedia.
Una calle de Montegiardino. Foto: Eponimm, Wikipedia.

Web: Museos de la República de San Marino.