El descubrimiento de los moáis de la isla de Pascua

Los primeros dibujos y descripciones se deben a la expedición española de González de Haedo.

La expedición de González de Haedo a la isla de Pascua tuvo lugar en noviembre de 1770 y fue ordenada por el virrey del Perú. Estaba compuesta por el navío San Lorenzo, capitaneado por el propio González de Haedo y con 547 tripulantes, y por la fragata Santa Rosalía, con unos 260 hombres y cuyo capitán era Antonio Domonte.

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Foto: Iko.

Los españoles fueron los segundos europeos en llegar a Pascua (o Rapa Nui), tras los holandeses que arribaron en 1722. Lo más importante de la expedición de Haedo es que localizó el punto exacto en el que estaba la isla y tomó posesión de ella para la corona española, bautizándola como isla de San Carlos en honor al rey Carlos III. Trazaron el primer mapa de la isla, en el que representaron los moáis, siendo estos los primeros dibujos conocidos de las célebres esculturas. Además crearon un diccionario rapanui-español, que constaba de ochenta y ocho palabras más los diez primeros números.

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Foto: Wachunei.

Foto: Ian Sewell, Wikipedia.

La expedición llegó a la isla de Pascua el 15 de noviembre. Avistaron los moáis que hay en la costa y en la lejanía creyeron que eran árboles gruesos. Tras comprobar que los indígenas eran pacíficos, los españoles desembarcaron y pudieron observar de cerca las estatuas.

Esta es la descripción del capitán Domonte, de la fragata Santa Rosalía (lo transcribo en castellano actual):

“Hemos averiguado que los árboles que nos parecían pirámides son estatuas, o imágenes de los ídolos que adoran estos naturales, son de piedra, tan elevados y corpulentos que parecen columnas muy gruesas, y según después averigüé, examiné y tome su dimensión, son de una pieza todo el cuerpo, y el canasto es de otra. En éste tienen construida una pequeña concavidad en su superficie alta en la que colocan los huesos de sus muertos, de que se infiere que tienen ídolo y pira en uno, sin poder comprender el modo con que habrán erigido esta estatua tan soberbia, y mantenerla en un equilibrio sobre cuatro pequeñas piedras que asientan en la basa, o pedestal que sostiene todo este gran peso.

El material de la estatua es de piedra muy dura, y por consiguiente pesada, habiéndola yo examinado con una picaza despidió fuego, prueba de su solidez. El canasto es de otra piedra no tan sólida y de color de la vena del hierro, es bastante pesada, y se haya mucha en la isla, pero semejante a la estatua, no la he visto; su construcción es muy mazorral.”


Los primeros dibujos de los moáis realizados por la expedición de Haedo.

“En la configuración del rostro sólo se manifiesta una excavación tosca para los ojos; las narices están medianamente sacadas, y la boca alcanza de una a otra oreja, figurando una pequeña mortaja o excavación en la piedra, el cuello tiene alguna similitud; carece de brazos y piernas, procediendo desde el cuello para abajo en forma de un canto mal desbastado.

El diámetro del canasto es mucho mayor que el de la cabeza en que asienta, y su circunferencia baja sobresale mucho de la frente de la estatua, causando admiración esta postura sin desplomarse. De esta confusión pude salir con la investigación que hice de otra estatua pequeña, en cuya cabeza tenía figurada una a modo de mecha que debía entrar en el canasto, el que a sí mismo había de recibir en una especie de carlinga, o mortaja correspondiente, y de este modo se puede mantener el canasto sobresaliendo de la frente; pero la elevación de la estatua, y colocación del canasto por unas gentes que carecen de máquinas, y materiales para construirlas, causa admiración, y aún creo que la piedra de la estatua no es producto de la isla en la que absolutamente desconocen el hierro, cáñamo y maderas gruesas. Sobre este asunto queda mucho que trabajar al discurso.”

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Una hipótesis de cómo fueron tallados. Foto: Anlopelope.

“Habiendo hecho la dimensión geométrica de la estatua más alta que se halla a la orilla de esta ensenada, hallé que tenía de alto cincuenta y dos pies y seis pulgadas de Castilla, incluso el canasto, que tenía cuatro pies y ocho pulgadas de la misma medida, advirtiendo que en la parte del este de la isla se hallan otras de más elevación, según noticias de los exploradores, se hallan otras muchas repartidas por el terreno interior que son como de dos o tres estados, y entre de éstas se encuentran innumerables que sólo constan de una pirámide, o montón de piedras mal formadas, digo colocadas, en cuya cúspide asientan una piedra redonda bañada de tierra blanca, a imitación de una calavera humana, de que se deja ver que allí tienen sus sepulcros. Las estatuas de configuración se llaman ‘moay’, a quienes los naturales manifiestan tener mucha veneración, y se ofenden cuando nos aproximamos a ellas para reconocerlas.”

La medida “estado” citada en el texto era equivalente a la estatura media de un hombre. El moái más alto de la isla, conocido como moái Paro y actualmente destruido, medía cincuenta y dos pies y seis pulgadas de Castilla, lo que equivaldría a unos 14,5 metros.

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Foto: Iko.

Bibliografía:
Francisco Mellén Blanco: Manuscritos y documentos españoles para la historia de la Isla de Pascua (Biblioteca CEHOPU, 1986).