Wutai Shan, monte sagrado del budismo chino

Para ser incluido en el Patrimonio Mundial las autoridades han desplazado a sus habitantes

El monte Wutai o Wutai Shan, situado en Shanxi (China) es una de las cuatro montañas sagradas del budismo (no confundir con las cinco montañas sagradas taoístas). Los otros tres montes sagrados del budismo chino son Emei en Sichuan, Jiuhua en Anhui, y Putuo en Zhejiang.

El monte Wutai es el hogar de muchos de los más importantes monasterios y templos de China, de los que 53 fueron inscritos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad hace unos días.

“En su conjunto, los edificios de este sitio constituyen un verdadero catálogo del desarrollo de la arquitectura budista y de su influencia en la construcción de edificios palaciegos en China a lo largo de más de un milenio.”

Wutai es el hogar del bodhisattva de la sabiduría Manjusri Wenshu. El monte también tiene relación con la variante tibetana del budismo.

Foto: spanish.china.org.cn
Foto: spanish.china.org.cn

Wutai Shan (Montaña de las Cinco Mesetas) toma su nombre de su peculiar topografía, que consta de cinco cimas redondeadas (Norte, Sur, Este, Oeste y Centro), siendo la más alta la del Norte (3.058 m), llamada Beitai o Yedou Ding Feng. El clima es frío y las cumbres están cubiertas por la nieve durante gran parte del año. Las laderas están pobladas por densos bosques.

El Monte Wutai conserva algunos de los más antiguos edificios de madera existentes en China, que han sobrevivido desde la época de la dinastía Tang (618-907), incluido el salón principal del Monasterio Nanchan y el Salón Este del Monasterio de Fuguang, construidos en 782 y 857, respectivamente.

También está el templo Shuxiang, de la dinastía Ming, con un gran complejo de 500 estatuas budistas que representan historias narradas en tres dimensiones entre montañas y lagos.

Pagoda en el templo de Qifo. Foto: Angus Cepka / Wikimedia
Templo de Nanshan. Arcada de piedra. Foto: Unesco/Yang Haiming

En su época de mayor esplendor Wutai llegó a contar con 360 monasterios y pagodas y 2.000 monjes.

Pero esta historia tiene su lado feo: para dar buena imagen las autoridades chinas han desplazado a parte de la población local. Tienen un vídeo sobre este tema en The Guardian.

Los habitantes del lugar fueron la principal mano de obra en la construcción de los templos y daban alojamiento a los peregrinos que llegaban a la montaña.

Más recientemente, en los tiempos de la reforma agraria, todos los monjes fueron expulsados de los monasterios y quedaron bajo la protección de la población local, que impidió el daño a los templos.

Panorámica del Monte Wutai. Foto: David Wilmot / Wikimedia
Templo de Dailuoding. Foto: Angus Cepka, Wikimedia

Asimismo durante la Revolución Cultural, Wutai fue saqueada y los Guardias Rojos llevaron tres grandes barriles de gasolina para prender fuego a los templos, pero la gente arriesgó su vida oponiéndose a ello y logró que Wutai escapara a la catástrofe.

Lo mismo sucedió cuando los japoneses llegaron a la montaña: todos los habitantes se unieron para proteger los templos y expulsar a los invasores.

Gracias a la decidida actitud de la población local, Wutai ha conservado los valiosos recursos culturales que necesita para poder ser considerada hoy Patrimonio Mundial, por lo que merecía un mejor comportamiento por parte de las autoridades.

Pagoda de Lingfeng. Foto: Angus Cepka / Wikimedia
Templo de Xiantong. Corredor de Amitayus. Foto: Brookqi, Wikipedia
Foto: spanish.china.org.cn