Viajera y escritora sobre temas africanos
Margery Freda Perham (1895-1982) nació en Bury, Lancashire (Inglaterra), el 6 de septiembre de 1895. Era la más joven de la familia -compuesta por cinco hijos y dos hijas- de Federico Perham, comerciante de vinos y su esposa, Marion. Su abuela, María Anna Needell, fue novelista. Los siete niños fueron enviados a buenas escuelas públicas. Cuatro de ellos, incluidas las dos niñas, asistieron a las universidades de Oxford, Cambridge y Leeds. Margery ganó una beca como lectora de Historia en el St Hugh’s College de Oxford, en 1914.
La muerte de su querido hermano Edgar en la batalla de Delville Wood (1916), durante la Primera Guerra Mundial, causó una profunda herida a Margery. Cuando más lo necesitaba no tuvo donde refugiarse porque sus padres, que nunca fueron muy cariñosos, habían cerrado la casa familiar para vivir en un hotel. Su hermana Ethel se había casado con el mayor Harry Rayne, un cazador de Nueva Zelanda, y vivía en Jubalandia (Somalia).
Margery pretendió alistarse como correo, pero fue firmemente disuadida por sus tutores y se quedó en Oxford, donde obtuvo la graduación y, a regañadientes, se convirtió en profesora de Historia en la Universidad de Sheffield, enseñando a ex militares que reanudaron su educación.
En Sheffield, Margery era la única mujer entre el profesorado enseñando Historia. Sus estudiantes, algunos mayores que ella, le recordaban a su hermano muerto. Aunque sus colegas producían incesantemente artículos para revistas académicas, ella no escribió ninguno; su ambición había muerto con Edgar. Entre sus pocos amigos, uno o dos jóvenes fueron atraídos por aquella hermosa chica de elevada estatura, pelo y ojos marrones y fuerte mandíbula.
Mientras escribía Aethelburga, una obra de teatro acerca de la introducción del cristianismo en el norte de Gran Bretaña en el siglo VII, perdió su propia fe. Jugar hockey, tenis y golf, pasear por los páramos, montar en moto y dar charlas ocasionales para la Workers’ Educational Association en Sheffield le proporcionaron cierto consuelo, pero durante las vacaciones leyó de forma imprudente un texto sobre la guerra. Se refugió tras una actividad constante hasta que tuvo una crisis nerviosa que la obligó a tomar un año de permiso en 1920.
Margery eligió pasar la convalecencia con la familia de su hermana en Somalilandia, donde su cuñado Rayne había sido nombrado comisario de distrito en Hargeisa. Las hermanas Perham se convirtieron así en las primeras mujeres blancas residentes en la Somalia asolada por la sequía. Margery se enamoró de África y de la vida de la administración colonial, colaborando en el desarrollo del distrito y el cuidado de las personas. Cumplió una ambición de la infancia, la de ser una gran practicante de caza mayor. Solía viajar con las patrullas del cuerpo de camelleros a lo largo de la frontera con Etiopía.
De regreso a Sheffield, Margery añadió a su curriculum un curso sobre Historia imperial y ofreció una serie de conferencias sobre Somalia, pero tornó a la escritura de novelas para resolver sus problemas personales y no a la investigación académica. Major Dane’s Garden (1925) se basó en su experiencia africana y Josie Vine (1927) en su vida familiar. Ambas obras analizan las dificultades de una mujer joven haciendo su propio camino en un mundo de hombres. Ella negó que esas novelas fueran autobiográficas, pero el paralelismo con sus diarios es evidente.
En 1924 Margery regresó a Oxford como profesora de Historia moderna, Política, Filosofía y Economía en el St.Hugh. La reforma de los currículos universitarios le permitió concentrarse en sus intereses particulares, como intervenir en la comisión permanente de la Sociedad de las Naciones para instar a los científicos a estudiar las relaciones raciales. En 1926, las universidades de Oxford y Cambridge iniciaron cursos de formación de posgrado en servicios coloniales. El conocimiento de Margery de los deberes y responsabilidades de los funcionarios coloniales, aunque escaso, era único en la historia de la facultad.

En 1928 y 1929 Margery viaja con una beca del Rhodes Trust para estudiar la administración autóctona en los Estados Unidos y el Imperio Británico. Escapó ilesa de un piquete de rebeldes en Samoa Occidental; en Durban (Sudáfrica) asistió a una turbulenta reunión del sindicato negro Industrial and Commercial Workers’ Union, tenido por uno de los movimientos más radicales del país; practicó la caza del búfalo con el barón Von Blixen y durante un viaje se enamoró de un comisario de distrito casado. Un moderado uso de sus fondos y la renovación de su beca le permitió seguir viajando desde julio de 1929 hasta principios de 1932, visitando Estados Unidos, las islas del Pacífico, Australia, Nueva Zelanda y gran parte de África al sur del Sahara.
Escribió multitud de notas y varios artículos sobre la administración autóctona en The Times. Sus diarios ilustrados con fotografías fueron copiados y distribuidos entre sus amigos. Fueron editados y publicados muchos años más tarde como Pacific Prelude (1988), African Apprenticeship (1974), East African Journey (1976) y West African Passage (1983).
En 1930 le llegaron dos cablegramas hasta Tanganica: uno de Lord Lothian, secretario del Rhodes Trust, que ofrecía una ampliación de los viajes; el otro de su universidad para pedir su regreso o la renuncia a su beca. Ella envió dos breves respuestas: “Acepto” y “Renuncio”.
El precio a pagar fue la pérdida de su puesto de profesora, aunque St Hugh la nombró investigadora no remunerada para mantener su relación con la universidad. Junto con su hermana Ethel y Harry, invirtió la herencia de sus padres en una granja en Surrey, donde, en un granero reconvertido, escribió Native Administration in Nigeria (1937), editó Ten Africans (1936) y, con Lionel Curtis, transformó sus combativos artículos de The Times en The Protectorates of South Africa (1935). Luego elaboró un libro similar con Elspeth Huxley, Race and Politics in Kenya (1944).
Los años siguientes siguió viajando (Sudán, Etiopía, Borneo…) y participando en comisiones diversas, como observadora de grupos internacionales o asesora del gobierno británico. Ocupó varios cargos en la Universidad de Oxford. Recibió honores y condecoraciones, como la Orden de San Miguel y San Jorge. Adoptó una postura crítica con la política colonial y de descolonización de Africa.
Murió el 19 de febrero de 1982. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas fueron esparcidas sobre los South Downs.