Artistas hartos del anti-arte publican el Manifiesto Hartista.
“Porque el arte de vanguardia es como como el latín, una lengua muerta. Se inventa siguiendo reglas que ya no reciben el impulso vital de quienes la crearon. Una vanguardia de laboratorio, hecha por expertos a imagen de la que se conserva disecada en libros y museos.”
(Del Manifiesto Hartista)
¿Está convencido de que algunos autodenominados artistas tienen un morro que se lo pisan? ¿Se queda anonadado ante determinadas performances? ¿Cree que hace falta algo más que ingenio y sentido del espectáculo para considerarse un artista?
Si es que sí, seguramente le interesará el Hartismo, nuevo movimiento creado por tres artistas gallegos, Miguel-Anxo Varela, Carmen Martín y Mariano Casas, que han redactado un Manifiesto, cuyo primer punto es:
Estamos HARTOS del arte oficial. Ese arte, sus artistas y su entorno se han vuelto tan soberbios, tan vanidosos, que creen vivir por encima del mundo, ocupados sólo en mirarse el ombligo, y debatir sobre el sexo de los ángeles. Aquí abajo, los hartistas trabajamos con nuestras manos, en y para el mundo real, haciendo del arte nuestro día a día y buscando en él nuestro sustento. El Hartismo es una apuesta por la humildad, la honestidad y la sencillez. Para los hartistas el arte es una profesión más, ni divina ni especial, y como en cualquier otra profesión la excelencia se logra sólo tras años de práctica seria y continuada.
Y más adelante dice lo siguiente:
Estamos HARTOS del anti-arte. Partiendo de una idea jocosa de Duchamp en determinado momento histórico, el anti-arte ha llegado a ser el nuevo academicismo, el nuevo arte oficial. Justo el enemigo contra el que se acuñó el término. El propio Duchamp rechazaba que sus Ready-Made se tomasen como arte… nosotros preferimos creer a Duchamp que a sus exégetas.
No tendríamos nada contra el anti-arte si no fuera por un pequeño detalle: el anti-arte no quiere convivir con el arte; tiene como propósito su negación, y necesita exterminarlo para poder ocupar su lugar. Los anti-artistas saben que si hay arte cerca nadie presta atención al anti-arte: ante un cuadro y una lata de caca todo el mundo prefiere un cuadro. Por eso, los anti-artistas necesitan convencernos de que la pintura no vale, de que hay que despreciarla, exterminarla o al menos arrinconarla en un lugar olvidado para que podamos valorar como si fuera arte lo que ellos “hacen”. Por eso gastan tanta tinta y saliva en discursos. Tienen largos y enrevesados discursos sobre muchos temas: sobre la muerte del arte, sobre lo desfasada que está la pintura, sobre lo superada que está la belleza… Tras casi un siglo desde su primera aparición, el anti-arte prácticamente ha monopolizado la atención mediática, invade las escuelas y desvía hacia sí la mayor parte del dinero público invertido en las artes. Poco a poco está logrando su objetivo: va arrinconando al arte, suplantándolo en todas sus facetas: artistas, obras, salas, críticos… todo tiene su versión anti-artística que sustituye a su equivalente artístico. Los hartistas estamos hartos de este crimen tolerado y hasta alentado por la oficialidad, y denunciamos esta suplantación parasitaria.
Después de haber leído todo lo anterior, puede que usted esté aún preguntándose si comparte o no los principios hartistas. Por suerte, Mariano Casas ha preparado un test para que cualquier ciudadano sepa a qué atenerse (además de reírse un rato): ¿Soy hartista?.
Y si aún duda, cuando esté frente a una de esas supuestas obras de arte, recuerde siempre las sabias palabras de Agustín García Calvo, en su libro Diálogos de gente (capitulillo 9, La estafa de las Artes): “Si a usté le parece una mierda pinchá en un palo… ¡es que es una mierda pinchá en un palo!”
Si el próximo 17 de Octubre está en Santiago de Compostela, puede asistir a la presentación del Movimiento Hartista a las 8 de la tarde en el Centro Sociocultural «O Ensanche», en la calle Frey Rosendo Salvado, 14-16 bajo (a 50 m de la Plaza Roja).
Las imágenes que ilustran esta entrada son algunos de los banners del Hartismo. Hay unos cuantos más.
Y para seguir las novedades, el blog Arte anti anti-arte.