Fue creado en 1951 y se encuentra en Gran Bretaña.
Últimamente estoy descubriendo unos cuantos museos que se salen de lo corriente. Al de Vestigios Insólitos, Aparatos Médicos Cuestionables y al Museo de los Abrebotellas, se une ahora el Museo de la Brujería.
Tiene cierto parecido con el Surnateum (Museo de Historia Sobrenatural) de que nos habló Aura hace poco. A diferencia de ése, el Museo de la Brujería parece que tiene existencia en el mundo real y la historia de su creación y las vicisitudes que atravesó merecen ser contadas.

El Museo de la Brujería fue creado en 1951 por Cecil Williamson en Castletown (Isla de Man). Antes había tratado de instalarlo en Stratford-on-Avon, pero como en aquel lugar no les gustaba la idea de convivir con seres procedentes de realidades alternativas, impidieron su fundación a base de obstáculos burocráticos.
El primer encuentro de Williamson con la brujería había tenido lugar en su juventud, cuando disfrutando unas vacaciones en North Bovey (Devon), en compañía de un tío suyo, intervino para salvar a una bruja de la persecución de unos lugareños. La bruja terminó convirtiéndose en su amiga.
Más tarde, siendo estudiante en Malvern College, aprendió de una «mujer sabia» sus primeros conjuros, que le sirvieron para librarse del acoso de un compañero bravucón. En Rhodesia (hoy Zimbabue) conoció la brujería africana, comprobando que las técnicas de allí eran muy similares a las de Inglaterra.

Ya de regreso a su país, trabajó para el Servicio de Inteligencia británico, el célebre MI6, recogiendo datos sobre los conocimientos de ocultismo que poseían los nazis en Alemania. La colaboración de Cecil Williamson con el MI6 prosiguió durante la Segunda Guerra Mundial y se dice que sus artes esotéricas fueron utilizadas para engañar a Rudolf Hess y hacerle volar a Escocia, donde fue apresado.
En 1946 conoció en Londres a Gerald Gardner, discípulo del célebre Aleister Crowley, y se asoció con él para diversos asuntos. Gerald Gardner está considerado hoy como el padre de la Wicca y sus andanzas merecerían un capítulo aparte.
En 1948 Williamson adquirió el llamado Molino de las Brujas (Witches’ Mill) en la Isla de Man y lo convirtió en museo y restaurante. Gardner fue nombrado algo así como «brujo gerente». Gardner buscó publicidad y logró convencer a varios periódicos y emisoras de radio y de televisión para que cubrieran las informaciones sobre brujería. En esa misma época (1951) fue derogada la Witchcraft Act o Ley de la Brujería (vigente desde 1735), por lo que ésta empezó a ponerse de moda.

Inicialmente Williamson quería que el museo mostrara la forma de mirar el mundo desde el punto de vista de la brujería, pero enseguida se dio cuenta de que lo que el público buscaba eran prodigios y empezó a dárselos. Gardner no estaba conforme con las exhibiciones de Williamson y con el tiempo la relación entre ambos socios se fue deteriorando, en especial desde que el segundo le retiró al primero una foto de una exposición.
Williamson decidió trasladar el museo a Inglaterra y en 1954 instaló su colección en Windsor. Pero la realeza y la brujería se mostraron incompatibles y se vio obligado a mudarse de nuevo, esta vez a Bourton-on-the-Water (Cotswold). Allí, la comunidad cristiana no se mostró contenta con la llegada de lo que consideraban el Mal y el satanismo. Los aldeanos llevaron a cabo protestas frente al museo. Williamson recibió amenazas de muerte y encontró gatos muertos colgados de los árboles del jardín. Un ala del museo fue incendiada intencionadamente. Era la hora de moverse otra vez.
Cecil Williamson se trasladó definitivamente a Boscastle (Cornwall) y se mantuvo al frente del museo hasta su muerte, acontecida en 1996 a los noventa años.
En agosto de 2004 el museo fue severamente dañado por unas inundaciones.

El Museo de la Brujería se organiza en categorias, como Adoración del diablo y satanismo, Círculos de piedra y lugares sagrados, Encantamientos y conjuros, Rituales mágicos, etc. Posee además una colección de 3.000 libros sobre el tema.
Dicen que la Colección Richel es una de las mejores del mundo en cuanto a objetos rituales de magia sexual. Fue donada al museo tras la muerte de su dueño, el holandés Bob Richel.
Web: Museo de la Brujería.
Pueden seguir el día a día de esta institución en el Blog del Museo de la Brujería (en inglés)