Hace un par de años hablé de este museo en otro sitio, pero como entonces no me leyó casi nadie y además han cambiado la dirección de su web, está bien que lo recordemos.
Según dicen sus creadores, el Museo de Vestigios Insólitos preserva y divulga vestigios que más allá de su rareza, poseen o apuntan algún tipo de «transcendencia aún por reconocer».
El museo se organiza en secciones:
Vestigios de culto o compendio de reliquias miríficas: es la que reúne piezas más conocidas y de carácter religioso, tales como el anillo nupcial de la Virgen, una pluma del arcángel San Gabriel o un trozo del maná.
Testimonios oculares de los dichos sentenciosos más oídos: se trata de refranes materializados.
Manteles excéntricos I y II – III. Sobre las rarezas del ritual gastronómico.



Entre mis piezas favoritas están las huellas de las Santas Posaderas de Nuestro Señor Jesucristo, el vello púbico del coño de la Bernarda y la herradura del zapato de Nikita Khrushchev.
Si se atreven a visitarlo completo, pueden empezar en Recepción y pasar de ahí a las distintas secciones.