Dentro de la lista de nuevos sitios incorporados al Patrimonio Mundial de la UNESCO (no sé de dónde han sacado eso de «Patrimonio de la Humanidad», que se empeñan en decir) hay unas curiosas construcciones chinas llamadas diaolou, de cuya existencia no tenía ni idea.
Las diaolou son torres fortificadas de varios pisos, que empezaron a construirse en la zona de Kaiping (provincia de Guangdong) en los primeros años de la dinastía Qing (1636–1912), y alcanzaron su punto álgido hacia 1920-1930, época en la que existían más de 3.000 de estas edificaciones, de las que más de 1.800 siguen hoy en pie.


Se erigieron de piedra, adobe, ladrillo u hormigón, para servir al tiempo como residencia y como protección frente a los ataques de los bandidos, siguiendo un concepto heredado de tiempos de los Ming (1368-1644). Un interesante artículo sobre su origen es Las diaolou, guardianas de piedra, de Patricia Batto, en El Correo de la UNESCO, 2007 nº 6.
En general, las hay de tres tipos: torres comunitarias construidas por varias familias como refugio temporal, quedan 473; torres residenciales edificadas por una única familia rica, sobreviven 1.149; torres de vigilancia, las más modernas, de las que se conservan 221. La mayor parte de las diaolou están hoy abandonadas.


Kaiping es tradicionalmente una región que ha tenido una frecuente relación con el exterior, por ello, la arquitectura de las diaolou mezcla elementos tradicionales chinos y occidentales. En particular, a finales del siglo XIX y principios del XX, muchos habitantes de esta zona emigraron a Estados Unidos. Al regresar a su país, importaron estilos occidentales y también materiales, como el cemento y el hormigón.
China cuenta con 35 lugares inscritos como Patrimonio Mundial, de los cuales 24 son monumentos o patrimonio cultural, seis son parajes naturales y cinco son mixtos.
Vía: Unesco – Xinhuanet