Artista británico contemporáneo.
Sospecho que Sam Dargan (UK, 1971) no es un artista muy conocido. Lo he encontrado de casualidad y me han impresionado sus pinturas, azules y grises, llenas de fuerza.
En la reseña de la Saatchi sobre una de sus exposiciones nos dicen que sus obras expresan la enajenación y el descontento experimentados cada día en la vida contemporánea, representan al hombre de clase media aislado, en ambientes rígidos y a menudo siniestros; interiores vacíos iluminados por una lámpara solitaria, los paisajes donde sopla el viento, calles sucias y paredes manchadas con pintadas políticas. Toma su inspiración en el cine y en la literatura del siglo XX, para expresar los desequilibrios de poder actuales.


Y en la galería londinense Rokeby, donde expone actualmente:
«Sam Dargan pinta el mundo maldito de los trabajadores, cuyas vidas monótonas y abyectas son grises, tristes y al borde del colapso. Transportados a paisajes áridos y siniestros los personajes se pierden en sugerentes escenas de trabajo en equipo mal ejercido; las tiendas arden, se toman rehenes y los cuellos blancos están colgados de los árboles con sus trajes salpicados de barro. La batalla contra las fuerzas de la naturaleza y la sociedad capitalista contemporánea, figuras que el artista considera sin esperanza, una aventura representada como fragmentaria, fútil e intrascendente.»