Usarán cámaras fotográficas de alta tecnología para estudiar textos antiguos.
Esta noticia es vieja, se anunció allá en marzo, pero la ventaja de los blogs es que no están sujetos a la «dictadura de la actualidad» ¿no?
En el monasterio de Santa Catalina -el más viejo del mundo, según dicen- van a usar cámaras fotográficas de alta tecnología para estudiar los antiquísimos textos conservados allí durante siglos. Esperan que la tecnología permita comprender mejor algunos de los manuscritos cristianos más antiguos del mundo, incluyendo las páginas del Codex Sinaiticus, la Biblia más antigua que se conserva, de tiempos del emperador Constantino.
La técnica llamada proyección de imagen hiperespectral utiliza una cámara con luz de diversas longitudes de onda para fotografiar los pergaminos, destacando los textos descoloridos u obscurecidos por el tiempo y aquellos que permanecen ocultos bajo otros textos escritos posteriormente encima.

Es un proyecto conjunto de la Biblioteca de la Universidad de Leipzig, en Alemania; la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo; la Biblioteca Británica y el propio monasterio, que tienen repartido el manuscrito y lo reunirán en un facsímil. El proyecto costará cerca de un millón de dólares y tendrá una duración de cuatro años.
El monasterio había guardado el Códex Sinaiticus hasta mediados del siglo XIX, cuando en 1844 fue llevado a Rusia por el erudito alemán Constantine Tischendorf y nunca volvió. Rusia vendió unas páginas en 1933 a la Biblioteca Británica, en donde todavía se conservan.
Los monjes ortodoxos griegos pensaban que habían perdido el manuscrito pero en 1975 descubrieron una docena de sus páginas en una habitación olvidada, enterrada tras un derrumbamiento. Los monjes conservan enmarcada una copia de la nota dejada por Tischendorf prometiendo devolver el manuscrito. Documentos inéditos en los archivos rusos podrían sacar a la luz las circunstancias en las cuales el texto salió del monasterio. Los rusos podrían tener algún documento que demostrara que los monjes vendieron o regalaron el códice.

El monasterio planea construir un taller de conservación para tratar el códice y otros trabajos en esta su colección de 3304 manuscritos y 1700 rollos, que la convierten en la más grande de textos cristianos primitivos fuera del Vaticano. También se construirá una nueva biblioteca para conservar la colección, preservada por la ubicación remota del monasterio, el clima seco del desierto y el cuidado de los monjes.
La proyección de imagen hiperespectral se utilizará también para leer otro de los manuscritos más significativos del monasterio, el códice Syriacus. Esta tecnología permitirá a los expertos leer los débiles restos de un texto borrado del siglo V que permanecen bajo la escritura visible del siglo VIII. El texto subyacente es una copia de una traducción del siglo II de los versículos del Nuevo Testamento.
Esta tecnología se podría también aplicar para leer los restos de escritura en una lengua sólo conocida antes por estar tallada en algunas inscripciones de piedra y que está en las páginas de un manuscrito georgiano del siglo VIII o IX.

Vía: Aljazeera