Nuevo cómic por la autora de Persépolis.
En los países en los que la virginidad sigue siendo un valor, cuando una mujer la pierde antes de tiempo -es decir, siendo soltera- puede recurrir a que un cirujano le haga un cosido vaginal para recuperar el himen y llegar «entera» al matrimonio. A esta operación le llaman «hacerse un bordado» las mujeres que protagonizan el cómic de la iraní Marjane Satrapi (Rasht, Irán, 1969). Se trata de mujeres de diferentes edades, desde la abuela hasta la nieta (la propia autora), que se sientan a charlar y a tomar el té del samovar mientras los hombres duermen la siesta. ¿De qué hablan las mujeres cuando se reúnen? fue el eslogan para promocionar Bordados (Ed. Norma, 2004). Hablan de sus vidas, de sus sueños, de sus frustraciones y, por supuesto, de los hombres, que en todas las historias aparecen como brutales o estúpidos o ambas cosas a la vez. No hay que alarmarse; esta es la imagen políticamente correcta del hombre hoy.
El dibujo de Satrapi es simplísimo e infantilizado, pero es sin duda uno de los muchos encantos de esta obra y contrasta con los temas -a veces duros- sobre los que versa la conversación de las protagonistas. Por otra parte, del mismo modo que reconstruir el himen no significa recuperar la inocencia, no hay nada de inocente en el grafismo hipersencillo de Satrapi y la autora consigue con dos trazos que cada pose o cada gesto de sus personajes comuniquen con el lector. He dicho temas duros, pero también hay que observar que tratados con ternura y, lo más importante, con un delicioso sentido del humor.
Marjane Satrapi es el primer autor de cómic iraní conocido y su primera obra publicada fue Persépolis, una autobiografía en cuatro tomos que obtuvo numerosos premios y es hoy ya un clásico del cómic.