La escultura de Richard Serra ¿original o copia?

Desaparecida hace años, otra obra idéntica ocupa su lugar.

Seguramente recuerdan la sorprendente historia de la escultura de Richard Serra extraviada en el Museo Reina Sofía allá por 1990 y cuya desaparición no se conoció hasta dieciséis años más tarde.

El 18 de enero de 2006, la prensa nos contaba así la historia:

La obra fue comprada por el Reina Sofía por 36 millones de pesetas y consiste en una pieza de acero formada por dos bloques de dimensiones diferentes. El centro carecía de unos almacenes adecuados para albergar la escultura y por ello, según las investigaciones realizadas por la directora del museo, Ana Martínez de Aguilar, se contrataron los servicios de la empresa Fluiters, especializada en almacenaje de obras de arte, ubicada en Torrejón de Ardoz (Madrid). La última vez que se vio la obra fue en 1990, cuando fue sacada del almacén y se montó en el Reina Sofía. Desmontada la pieza de nuevo se trasladó a unos depósitos de la empresa Macarrón S.A., en Arganda del Rey.

Desde la llegada al museo en 2004 de Ana Martínez de Aguilar, la nueva directora puso en marcha un Plan Museográfico para localizar todos los fondos y depósitos propiedad del museo. “La sorpresa fue tremenda cuando tratamos de localizar la pieza y solicitamos al señor Macarrón que nos diese información sobre la obra de Richard Serra, y como respuesta nos dice que no se puede ver y que no quiere decir nada más”, indicó ayer la directora del museo.

Pues bien, desde hoy 11 de febrero de 2009, la escultura podrá verse de nuevo en el Reina Sofia. Se trata, naturalmente, de “otra” escultura, idéntica a la anterior, ya que la primera no ha aparecido:

Según recuerda hoy el museo, tras varios contactos con Serra se llegó a un acuerdo por el cual el escultor fabricaría las planchas de acero que conforman la obra Equal-Parallel/Guernica-Bengasi. Sin embargo, al tratarse de una reposición de piezas, y no de la compra de una nueva escultura, el autor “no percibió honorario alguno”.

También en el acuerdo alcanzado con Richard Serra se especificó que las características técnicas y formales de las piezas a reponer serían idénticas a las de la obra Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, realizada en 1986.

Por eso me resulta curioso y digno de ser destacado el titular del diario Público: ‘El Reina Sofía tapa un robo con una copia’.

¿Copia? Según el Museo, “la réplica no es una mera reproducción”, ya que las nuevas piezas son idénticas a las anteriores y han sido realizadas por el propio escultor. Tampoco puede considerarse una “nueva versión”, como he leído en otro lugar, ya que no supone una nueva visión o interpretación de la obra.

Así las cosas, me pregunto: ¿el Equal-Parallel/Guernica-Bengasi que desde hoy puede verse en el Reina Sofia es un original o una copia?

La diferencia más notable parece ser su precio: 216.000 euros costó la desaparecida frente a 80.000 euros de la actual, lo que en el mundo mercantilizado del arte posmoderno podría tener su importancia.

Para mayor garantía se ha decidido que en el caso de aparecer la primera escultura, una de las dos sería destruida. Decisión de una implacable lógica: estamos ante una obra cuya originalidad no es intrínseca, ya que podrían realizarse con relativa facilidad cuantas copias fueran precisas. Su originalidad sólo puede garantizarse protegiendo activamente su singularidad mediante la destrucción de cualquier otra obra idéntica.

¿Podría actuarse de la misma manera en el hipotético caso de que Las Meninas desapareciesen y su autor estuviera vivo? Es decir ¿Podría Velázquez pintar otro original de su obra maestra o sería ésta irrepetible?

Equal-Parallel/Guernica-Bengasi. Foto: EFE.

Comentarios:

anxova dice:
miércoles, 11 febrero, 2009 a las 21:30
Pues no. Si Velázquez pintase dos “Meninas” tendríamos dos obras maestras, como ocurre con “La Virgen de las Rocas” de Leonardo.

Me parece bastante estúpido que en serio defiendan que una copia o réplica o como quieran llamarla es el mismo original. Para asegurar esto es imprescindible creer que el valor de una obra de arte está en la “idea” y no en su realización. Es como si lo importante al comer fuese la receta y no el resultado. Vamos, que da igual quien cocine o si los ingredientes son de mala calidad. Absurdo.

Pero más estúpido me parece que además, quieran convencernos de que no obstante la obra es -DEBE SER- única. Tan única que si vuelve a aparecer la primera debería destruirse una.

En mi pueblo a eso le llaman “querer estar al plato y a las tajadas”.

Estas son algunas de las paradojas del conceptualismo.

anarkasis dice:
jueves, 12 febrero, 2009 a las 10:24
esto… varias cosas:
Antonio López podría copiar las meninas y muy poca gente lo notaría.
el doble cubo de los ojones… ahora resulta que se perdió en 1990..bien, bien, bien, una resolución del caso perfecta.
el doble cubo siendo de su mismo autor si se convierte en cuadruple pos eso mismo.
y ahora el tema principal:
El doble cubo…de Richard Serra, es de Richard Serra?, o de la acería Vasca que se lo construye, ¿el arte es de Richard Serra o de la ingenieria y robótica que pare como doblar un plancha de esas dimensiones?…aplíquese a otros seudoautores vascos como Chillida etc.. un escultor murciano no tiene esa opción, la acería Vasca no trabaja para foráneos,

y recordando otros tiempos: creo que postee en otro blog algo parecido a esto:
“Tampoco el bronce era el fuerte de Miguel Ángel, quizás porque nadie le enseñó a vaciar, peor aún, quizás nadie quiso arroparle en la necesaria comunidad de un vaciado, o quizás su soberbia no le permitía que nadie le ayudara por lo que prescindió de intentarlo. Se cuenta, se dice, se murmura, que lo atosigaban con: ¿que tal si lo intentas con un bronce..?, y se defendía con el: lo que yo hago es único no necesito molde.. aún así no dejaban de zaherirle, con: ¿no será que no sabes?, para lo cual les plantó la estatua equestre de Adriano, y les decía: “..ya que os gusta tanto el bronce intentar primero mejorar eso, que luego voy yo”,”

anxova dice:
jueves, 12 febrero, 2009 a las 10:36
Pues sí. Falta de humildad en el caso de Miguel Ángel (mi tocayo, por cierto) es comprensible. Pero los otros casos que mencionas bien hacían en ser un poquito más humildes.

Es que hay quien confunde el fetichismo -esto lo firma Pepito, que es famoso- con el valor artístico.

De todos modos creo que Antonio López haría unas meninas antoniolopezosas, se notaría (creo).

En cualquier caso cuando la copia la hace el propio artista copiando su propia obra -entiéndase, hablo de verdaderos artistas, con talento y oficio, etc- nunca es completamente fiel. Suele ser una recreación. Las Vírgenes de las Rocas de Leonardo lo demuestran, en los libros aparecen las dos (¿o eran tres?) versiones y cada una de ellas tiene su club de fans y un museo que la defiende. Si fueran idénticas nadie se tomaría la molestia de reproducir ambas y no levantaría tantas pasiones el tema de la comparación entre ambas.

Yo mismo he copiado a veces un boceto -por ejemplo para hacer un grabado- y suelo cambiar algo, incluso porque me lo paso mejor. Es más divertido, constructivo, creativo, etc, modificar algo que intentar ser fiel. Y es que además la copia exacta no es posible.

En el caso de Serra y otros no hay mano de obra propia del artista, y por eso dudo yo mucho de que el trabajo sea artístico. Artesanal, puede, industrial sería más exacto. Y respecto al trabajo industrial tengo otras preferencias. Antes me quedo con la fundición de Sargadelos, que ha dado unas rejas de balcones magníficas, que con dos cubos de hierro.

Ana dice:
jueves, 12 febrero, 2009 a las 11:59
A mi lo que me choca es la contestacion de la empresa Macarron, ahi esta la madre del cordero ¿que pasa la habian perdido? ¿por que no se podia ver? Que venga Sherlock Holmes por favor

Luis Antonio dice:
jueves, 12 febrero, 2009 a las 13:16
La diferencia entre la escultura de Serra y Las meninas es que la primera puede copiarse una y otra vez, mientras que las Meninas es una obra única. Yo no creo que Velasquez hubiera podido repetirla.

ponce dice:
miércoles, 30 mayo, 2012 a las 14:50
• replica no es copia
• el valor artístico de Una pieza minimalista reside principalmente en su concepto.
• el material de la escultura son los sueños
• La materia en escultura es su soporte y su esencia.

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