El irreductible íbero del cómic cumple medio siglo.
En 2006 se cumplieron los 50 años de existencia de El Capitán Trueno y este año se celebran los de El Jabato, dos personajes de tebeo que tienen muchas cosas en común, empezando por que ambos salieron de la pluma del guionista y escritor catalán (y hoy día además blogger) Víctor Mora. El autor gráfico del Jabato fue Francesc Darnís, magnífico dibujante que falleció prematuramente a poco de terminar la serie.
Las aventuras del Jabato transcurren durante la época del emperador Nerón y el protagonista es un íbero, al que los romanos arrancan de sus tierras para llevarlo al Coliseo y convertirlo en gladiador. Pero el Jabato escapará de allí, sublevando a los gladiadores al estilo Espartaco (las películas “de romanos” de los años 50 y 60 están entre las grandes inspiraciones del guionista). Convertido en un proscrito, recorrerá el mundo combatiendo al imperio, siempre acompañado de su fiel amigo el fortachón Taurus y, ya avanzada la serie, del desastroso poeta Fideo de Mileto, un flacucho personaje que será el contrapunto cómico de sus dos amigos. El amor del Jabato es Claudia, una bella romana de clase alta, hija de un senador, circunstancia que, lógicamente, impedirá el normal desarrollo de su relación.
El primer cuadernillo apaisado Esclavos de Roma se publicó en octubre de 1958 y se regaló con el número 107 de El Capitán Trueno. La colección estuvo en los quioscos hasta 1966.
Aunque muchos han querido ver en el Jabato una copia del Capitán Trueno trasladada a tiempos de los romanos, esta apreciación no es cierta, al menos en el espíritu que originalmente animaba a ambos personajes. Esa es la tesis que sostengo en un artículo que escribí para el nº 4 de la revista Trueno (de próxima aparición), del que extraigo este párrafo:
El Jabato está muy lejos de poseer la nobleza de sangre del Capitán: es un simple campesino, cuya ocupación es labrar los campos, tal como se nos muestra en las viñetas iniciales del primer cuaderno. No pretende arreglar el mundo. Él vive feliz en su aldea, suponemos que trabajando de sol a sol y divirtiéndose en compañía de su amigo Taurus, el leñador. No aspira a otra cosa. “Somos cristianos, hombres de paz”, dice en una de las primeras páginas. El Jabato es un personaje víctima del destino o el ‘fatum’ característico de la tragedia griega: su vida cambiará radicalmente el día que los romanos llegan a su aldea y deciden capturarlo para convertirle en gladiador. A partir de ahí, el Jabato -a diferencia del Capitán- deja de ser dueño de su propio destino y, como los héroes clásicos, se verá obligado a luchar contra las adversidades que, como a Ulises, le impedirán regresar a su patria. No busca aventuras como Trueno, sino que las aventuras le buscan a él.
Para celebrar el cincuentenario del Jabato, Ediciones B ha publicado tres álbumes bien diferentes del personaje.
La reedición coloreada y acompañada del facsímil de la versión original de varias aventuras publicadas en las revistas Ven y ven, El Campeón y el DDT, en formato idéntico a los dos tomos del Capitán Trueno ya conocidos de los aficionados.
El tercer tomo de la recopilación de las aventuras coloreadas (mal), publicadas originalmente como Jabato Color y reeditadas como Edición Histórica, además de en otros diversos formatos.
Y lo más prometedor: la nueva aventura creada expresamente para este aniversario por L.A. Ródenas (guión) y José Revilla (dibujo): La hermandad de la espada. El Jabato cabalga de nuevo, esta vez en la Hispania del emperador Tito, siempre luchando por la libertad.
Silvia Darnís escribe sobre su padre en su blog Un món embolicat. Fotos de Francesc Darnís e ilustraciones de El Jabato, en el Flickr de Silvia Darnís.