Clärenore Stinnes

En auto a través de los continentes.

Clärenore (Clara) Stinnes vino al mundo el 21 de enero de 1901 en Mülheim (Ruhr, Alemania) y era hija del multimillonario Hugo Stinnes, dueño, entre otras, de una importante fábrica de automóviles.

En su libro En auto a través de los continentes (Editorial Juventud, 1930), Clara Stinnes comienza diciendo algo que suscribirían la mayor parte de las mujeres singulares que han pasado por este blog:

Por lo que yo puedo recordar, nunca, ni en mi más tierna infancia, ha faltado en mí el deseo de aventuras. Siempre sentí la atracción de lo desconocido, de las vastas estepas, de los bosques impenetrables, de las cumbres eternamente nevadas y de las montañas augustas y desiertas. Por más que hacía mi madre por despertar en mí la tendencia a las actividades propias de la mujer, yo demostraba siempre otras aficiones. Cuantas veces me mandaba ayudarla a coser, o a zurcir medias, escapábame con toda la presteza de mis piernas. Prefería oír a nustro cochero Federico, en la cuadra, las historias militares que él me contaba poniéndome encima de un caballo, o sumirme en la lectura de las grandes gestas alemanas o en la de los libros de historias indias y aventuras. En mi fantasía no había sitio más que para el viejo Shatterhand, el noble apache Winnetou, la hermosa princesa Gudruna y el protervo anciano Hildebrando. Mis juguetes, los días de lluvia eran soldados, cañones, castillos y trenes; pero los días de sol salía con mis hermanos al jardín, a jugar con ellos a los indios, mi juego favorito.

Su padre ya había fallecido cuando el director de la fábrica de automóviles la propuso tomar parte en una carrera a celebrar en Essen. Aceptó, con la condición de participar de incógnito. Lo hizo y ganó. A partir de ahí se convertiría en competidora habitual en carreras automovilísticas en el continente, ganando muchas de ellas (siempre frente a rivales masculinos), incluída una organizada por el gobierno ruso entre Moscú y Leningrado.

Fue en Rusia donde empezó a fraguar la idea de dar la vuelta al mundo en automóvil. Decidió hacerlo a bordo de dos vehículos de la entonces prestigiosa marca Adler, un automóvil normal y un furgón. Reunió un pequeño equipo de personas, entre las que sólo cabe mencionar al sueco Carl Axel Söderström, operador cinematográfico con conocimientos de mecánica, que sería el único que resistiría junto a Clara hasta el final del viaje, ya que el resto fueron abandonando la empresa, por enfermedad o falta de ánimo.

Partieron de Francfort en dirección este el 25 de mayo de 1927, pasaron por Estambul y recorrieron Oriente Medio para dirigirse luego desde Persia hacia el norte y atravesar Siberia y Mongolia para llegar a Pekín; embarcar hacia Hawai, previa escala en Tokyo; recorrer buena parte de Sudamérica, incluido el cruce de los Andes; atravesar Estados Unidos del Pacífico al Atlántico y embarcar de nuevo para regresar a Europa, llegando a Berlín en junio de 1929.

En el libro antes citado Clara narra sus peripecias al volante en países en los que, en el mejor de los casos, circulaban por caminos de cabras, y en el peor, ni siquiera eso. A veces, las ruedas de sus coches se quedaban atrapadas en las arenas del desierto y había que sacarlos empujando. En los Andes hubieron de abrirse paso a base de cartuchos de dinamita. En varias ocasiones uno de sus vehículos tuvo que ser remolcado por amables lugareños de cualquier lugar del mundo.

Hubo momentos muy duros, como en la travesía de Siberia, cuando estuvieron a punto de perecer perdidos en la nieve y acosados por lobos hambrientos; o cuando en la peligrosa región fronteriza chino-mongola fueron perseguidos reiteradamente por partidas de bandoleros; o cuando en Perú enfermaron a causa del mal de altura.

Además de tomar unas 800 fotografías, Söderström rodó algunas películas que sirvieron para realizar el documental Im Auto durch zwei Welten, estrenado en 1931, del cual les ofrezco unas escenas:

Después de haberse soportado mutuamente durante dos años y 49.239 kilómetros, Clara Stinnes y Carl Axel Söderström terminaron casándose.