Película dirigida por Alfred Hitchcock en 1964.
La primera vez que vi Marnie la ladrona era casi un niño. Fue en una televisión en blanco y negro, de ahí que me costara entender el problema de la protagonista con el color rojo. Confieso que me fascinó la personalidad retorcida y atormentada de Marnie Edgar.
Marnie (Tippi Hedren) es una ladrona compulsiva, una cleptómana que tiene la imperiosa necesidad de robar y huir. Cuando consigue que una empresa la contrate como secretaria, vigila atentamente los movimientos del personal, averigua quien tiene la llave de la caja fuerte, observa las idas y venidas y en el momento preciso da el golpe llevándose el dinero.
Tan fundamental para ella como apropiarse de lo ajeno es la inmediata huida, no ya para escapar de la policía, sino por la necesidad psicológica de cambiar de identidad. Tras cada robo adopta un nombre nuevo, un peinado y color de pelo diferentes y otra indumentaria. El único punto de referencia que mantiene es la casa de su madre, a la que visita de vez en cuando, a pesar de su mala relación.
Marnie es una mentirosa patológica: cuenta una historia falsa y cuando se ve descubierta, inventa otra tan falsa como la anterior y aún una tercera, adornada con lágrimas de cocodrilo, en un último intento de engañar. Lo inexplicable es que lo consigue, o al menos, logra que sus víctimas le otorguen el beneficio de la duda.
Marnie es sexualmente frígida, pero también es una mujer fría y calculadora en su habitual forma de ser, lo que le permite planificar sus robos con toda precisión. Sin embargo, como contrapunto, sufre pesadillas y ataques de pánico ante la repetición de determinados fenómenos, como las tormentas y la presencia del color rojo. Estas debilidades serán las que conducirán a su esposo Mark (Sean Connery) a descubrir la verdad sobre el pasado traumático de Marnie (que, naturalmente, no voy a revelar aquí).
En la película hay una escena en que Mark, enamorado de su mujer, adopta el papel de psicoanalista, en un fallido intento de ayudarla. Ella le sugiere que se psicoanalice a sí mismo, ya que si fuera un hombre normal no se sentiría atraído por una mujer como ella, cleptómana, fabuladora y reprimida sexual. Y ahora que lo pienso, algo debe funcionar mal en mi cabeza, porque me he visto involucrado demasiado a menudo con mujeres parecidas a Marnie.
Marnie la ladrona (Marnie, Universal, 1964)
Director y productor: Alfred Hitchcock
Guión: Jay Presson (según la novela de Winston Graham)
Intérpretes: Sean Connery (Mark Rutland), Tippi Hedren (Marnie Edgard) , Diane Baker (Lil Mainwaring), Louise Latham (Barnice Edgar)