Todo el mundo conoce El grito, el cuadro más célebre de Edvard Munch (Loten, 1863-Ekely, 1944), que ha sido objeto de todo tipo de parodias e imitaciones.
Vamos a repasar otras obras de este artista noruego, angustiosas y depresivas, producto de obsesiones personales originadas tal vez por la temprana muerte de su madre y de su hermana, víctimas de la tuberculosis, obras que fueron influyentes en el desarrollo del expresionismo.
Munch, que sufría frecuentes crisis nerviosas, decía que “del mismo modo que Leonardo da Vinci había estudiado la anatomía humana y diseccionado cuerpos, él intentaba diseccionar almas.”
Es uno de los artistas cuyas obras fueron consideradas arte degenerado por el régimen hitleriano, que retiró sus cuadros de los museos alemanes y noruegos.
No es extraño que alcanzara la cumbre de la fama durante la terrible Segunda Guerra Mundial, ni que su popularidad haya ido aumentando conforme la sociedad ha ido volviéndose más neurótica.
Para visitar:
edvard-munch.com
edvardmunch.info