El aeropuerto de Tempelhof, Berlín

El aeropuerto de Hitler y del histórico “puente aéreo” será cerrado dentro de poco.

Los museos de Berlín son espectaculares, pero probablemente la visita más insólita de mi reciente viaje a esa ciudad fue al aeropuerto de Tempelhof.

Fue el 8 de octubre de 1923 la fecha en la que Tempelhof fue oficialmente considerado como un aeropuerto. La Lufthansa fue fundada en 1926, con base en el aeropuerto. La construcción de la terminal se concluyó en 1927, y durante los años 30, el aeropuerto recibió toda clase de personalidades de numerosas partes del mundo. En 1934, como parte del plan de Albert Speer para la reconstrucción de Berlín, se proyectó la construcción de la actual terminal de pasajeros.

Hasta la creación del Pentágono, la terminal de Tempelhof fue el mayor edificio del mundo. Norman Foster lo describió como «la madre de todos los aeropuertos». La terminal, construida entre 1936 y 1941, junto con sus edificios adyacentes, forma una estructura con la forma de un cuarto de circunferencia de más de un kilómetro de longitud, que, sin embargo, resulta acogedora. Los aviones podían realizar el rodaje directamente hasta el edificio, donde los pasajeros desembarcaban al abrigo de las inclemencias meteorológicas, gracias al enorme pabellón saliente que cubría (y cubre) la zona.

Fachada principal de la terminal. Foto: futuropasado.com.

Durante la guerra se produjo el curioso hecho de que las pistas de Tempelhof fueron bombardeadas y destruidas repetidas veces por los aliados, que sin embargo respetaron los edificios, a pesar de que no debían ignorar que en los sótanos del aeropuerto se montaban los motores de los famosos Stuka.

Las tropas soviéticas tomaron Tempelhof el día 24 de abril de 1945. El comandante en jefe de las tropas nazis en Tempelhof, el Coronel Rudolf Boettger, tenía órdenes de volar el aeropuerto en caso de que ésta cayera en manos enemigas, pero no lo hizo. En vez de eso, se suicidó.

Las pistas vistas desde la azotea de la terminal. Foto: futuropasado.com.

Los soviéticos sabían que existían unos bunkers secretos bajo el aeropuerto, en los que supuestamente se escondía el célebre tesoro de Hitler, pero los nazis los habían tapiado y fue difícil localizarlos. Cuando lo hicieron, encontraron una puerta acorazada que tuvieron que abrir con explosivos. Pero todo lo que encontraron dentro fue cenizas. Los alemanes habían incinerado el contenido fuese éste el que fuese. Se cree que sólo había papel y celuloide.

He tenido el privilegio de ver esos bunkers, ennegrecidos aún a pesar de los años transcurridos, y hacer un par de fotos (que deben ser exclusivas o casi, porque poca gente ha tenido ocasión de entrar allí):

Bunker. Foto: futuropasado.com.
Bunker. Foto: futuropasado.com.

Aunque el aeropuerto fue tomado por los soviéticos, posteriormente, al dividirse Berlín en cuatro zonas, la de Tempelhof cayó en manos estadounidenses.

El aeropuerto jugaría un papel decisivo durante el bloqueo de Berlín. En junio de 1948 la Unión Soviética bloqueó Berlín por tierra, como respuesta a una reforma monetaria en la Alemania controlada por los aliados occidentales, que perjudicaba los intereses de la zona oriental. Los soviéticos trataban en el fondo de conseguir el dominio sobre toda la ciudad de Berlín. Los dos millones y medio de habitantes de la ciudad se veían así privados de suministros y alimentos y en Moscú pensaban que no tardarían en claudicar.

Las pistas vistas desde la azotea de la terminal. Foto: futuropasado.com.

Pero los Estados Unidos reaccionaron y, junto a Gran Bretaña, organizaron el abastecimiento de Berlín por vía aérea, en la operación más espectacular de la posguerra, que pasaría a la historia con el nombre de “puente aéreo”. Durante un año miles de aviones despegaron de Alemania occidental, llegándose a registrar 1.400 vuelos diarios, durante las 24 horas del día, lo que equivalía a un vuelo por minuto. Para poder absorber ese tráfico, en Tempelhof se construyó una nueva pista en el tiempo récord de tres meses. En septiembre de 1949, los soviéticos, viendo perdida la partida, dieron por concluido el bloqueo.

Mural en la terminal de Tempelhof, que homenajea a los pilotos que participaron en el “puente aéreo”. Foto: futuropasado.com.

La gran ventaja del aeropuerto, su cercanía al centro de la ciudad, se ha convertido con el paso del tiempo en su mayor inconveniente. Recientemente las autoridades han tomado la decisión de cerrarlo al tráfico aéreo, que a día de hoy se reduce a avionetas y pequeños vuelos charter, ya que la cercanía de edificios habitados hace imposible su uso por aeronaves de mayor tamaño. En el próximo mes de octubre de 2008 el histórico Tempelhof dejará de funcionar. Posiblemente será convertido en museo.

Realicemos un último aterrizaje en Tempelhof:

¿Comprenden ahora por qué lo van a cerrar?