El ferrocarril del Tíbet

El más alto del mundo, transcurre por terreno helado.

En estos días se está poniendo en funcionamiento la primera línea férrea del Tíbet, que unirá por tren este país (hoy región autónoma de China) con el resto del mundo.

La línea se extiende entre las ciudades de Lhasa (Tíbet) y Golmud (provincia de Qinghai, China), tiene una longitud de 1.118 kilómetros y es la más elevada del planeta.

Mapa del trayecto Golmud-Lhasa.

Unos 960 kilómetros (más de cuatro quintas partes del trazado) se encuentran a una altitud por encima de 4.000 metros. Se convierte así en el ferrocarril de mayor altura sobre el nivel del mar, superando al andino de Perú. Su punto más elevado (5.072 m) se encuentra en las montañas Tanggula, en la frontera entre Qinghai y Tíbet. Aquí se ubica también la estación de ferrocarril más elevada del mundo.

Más de la mitad del recorrido transcurre por tierras que permanecen heladas durante la mayor parte del año. Atraviesa 600 km de tundra y zonas deshabitadas.

Uno de los viaductos.
Puente sobre la carretera Qinghai-Tíbet.
Puente sobre el río Kyichu, cerca de Lhasa.

El túnel de la montaña Fenghuo, de 1.338 m de largo, será el túnel más alto del planeta, a 5.010 m sobre el nivel del mar. El viaducto del río Qingshui, situado a 4.600 m, es el puente más largo de la línea, con 11,7 km de longitud.

Los coches de viajeros estarán presurizados de forma similar a los aviones, con suministro de oxígeno y los viajeros dispondrán de mascarillas para casos de emergencia. Las locomotoras diesel han sido objeto de mejoras en la sobrealimentación de los motores, debido a la considerable pérdida de potencia inherente al aumento de altitud. El tren estará equipado con sistemas de reciclaje de residuos y todos los vagones serán herméticos, lo que impedirá arrojar residuos al exterior.

El tren alcanzará una velocidad de 160 kilómetros por hora en llano y de 120 kilómetros por hora en el Tíbet. Cuando la línea entre en la fase de explotación comercial, se podrá llegar de Pekín a Lhasa en 48 horas.

Estación de Lhasa, con estilo arquitectónico tibetano. Foto: Elume, Wikipedia.
Estación de Lhasa, interior. Foto: Naus, Wikipedia.

Desde su inicio en junio de 2001 cien mil obreros han trabajado en la construcción de esta obra en condiciones climatológicas extremas debidas a la altitud, la falta de oxígeno, las bajísimas temperaturas y la inestabilidad sísmica.

Los movimientos de liberación del Tíbet, que luchan por su independencia, consideran que la apertura de esta línea férrea servirá para que China ejerza más control sobre su país y aumente la presión demográfica de la etnia han (china) frente a la etnia tibetana. También se espera un aumento de la explotación turística del Tíbet. Estos colectivos preparan una jornada de protesta para el 1 de julio, fecha en que se prevé la puesta en funcionamiento de la línea en período de pruebas.

Tren en las cercanías del lago Namco. Foto: Xinhua.
En Qinghai. Foto: Jan Reurink, Wikipedia.